| Lastima, bandoneón, mi corazón
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| Tu ronca maldición maleva
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| Tu lágrima de ron me lleva
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| Hacia el hondo, bajo fondo donde el barro se subleva
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| Ya sé, no me digás: «Tenés razón»
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| La vida es una herida absurda
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| Y es todo, todo, tan fugaz
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| Que es una curda nada más mi confesión
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| Contame tu condena, decime tu fracaso
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| ¿No ves la pena que me ha herido?
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| Y hablame simplemente de aquel amor ausente
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| Tras un retazo del olvido
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| Ya sé que me haces daño, yo sé que te lastimo
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| Llorando mi sermón de vino
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| Pero es el viejo amor que tiembla bandoneón
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| Y busca en un licor que aturda
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| La curda que al final termine la función
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| Corriéndole un telón al corazón
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| Cerrame el ventanal que arrastra el sol
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| Su lento caracol de sueño
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| ¿No ves que vengo de un país
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| Que está de olvido, siempre gris tras el alcohol?
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| Contame tu condena, decime tu fracaso
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| ¿No ves la pena que me ha herido?
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| Y hablame simplemente de aquel amor ausente
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| Tras un retazo del olvido
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| Ya sé que me hace daño y yo sé que te lastimo
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| Llorando mi sermón de vino
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| Pero es el viejo amor que tiembla bandoneón
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| Y busca en un licor que aturda
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| La curda que al final termine la función
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| Corriéndole un telón al corazón |