| Llevo tus días de niebla, tus caras de piedras, tus tecitos chai.
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| Tu adiós, tus tres y cuarenta, tu boca de tormenta de nunca acabar.
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| Llevo la herida podrida de alguna mordida con seguridad.
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| Tengo las horas vacías por todas las mentiras que quise contar.
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| Y es inevitable ir para atrás.
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| Somos tan víctimas y victimarios,
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| nos fracturó el invierno solitario.
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| Psicopateás porque sabés que te extraño, y me ves,
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| y no hay renuncias eternas sin libertad.
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| Llevo la cara de empate, tu frente de ataque y alguna señal.
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| Quiero tener un rescate para que me desate la soga final.
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| Sueño con volver a respirar.
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| Somos tan víctimas y victimarios,
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| nos fracturó el invierno solitario.
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| Psicopateás porque sabés que te extraño, y me ves,
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| y no hay renuncias eternas sin libertad.
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| Como encontrarte si estoy tan perdido,
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| nadie regresa vivo del olvido.
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| Sin vos muñeca no tiene sentido, y sabes,
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| que no hay renuncias eternas sin libertad.
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| Vas a iluminar la pena misma luna solitaria de arrabal,
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| Son inevitables los olores que destiñen los colores
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| que pintas y despintas.
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| Y adonde no conozco ya no viajo,
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| por un camino largo y sin atajos.
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| Mientras te extraño me vengo abajo, y sabes,
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| que hay mil recuerdos no nacidos por recordar.
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| Como encontrarte si estoy tan perdido,
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| nadie regresa vivo del olvido.
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| Sin vos muñeca no tiene sentido,
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| y sabes que no hay renuncias eternas sin libertad.
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| Llevo tus días de niebla, tus caras de piedras, tus tecitos chai. |